Muchos no creen en nuestro evangelio misionero porque a ellos no les parecen que nuestra "marca" de relgión sea algo valga la pena propagar. Les parece que los mismos evangelizadores no estamos convencidos del valor o del poder y la eficacia de nuestro mensaje. (Romanos 1:16)
Supongo que nos miran como ven a un hombre gordo tratando de venderles productos de dieta. El vendedor no les convence del valor del producto. Si un creyente testifica sin gozo, sin entusiamo y convicción, sin compasión o sin santidad... no convence a nadie a creer.
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