Tuesday, October 15, 2013
"¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío". (Salmos 43:5) El salmista como todo humano estaba experimentando un momento de abatimiento y de turbación en su vida, es ahí en donde recapacita y se hace una pregunta así mismo: “¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro de mí?”, es como reflexionar sobre: ¿Por qué no hay paz en mi corazón? El salmista recapacita luego del cuestionamiento que se hace así mismo y se responde: “Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío”. Por un momento el salmista se da cuenta de que no hay porque estar abatido, que no hay por que estar turbado, puesto que el esperar en Dios le dará salvación...
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